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‘Animación Experimental de Tezuka’, genialidad desbordante

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Animación Experimental de  Osamu Tezuka -- El Crítico (Cuadros de una Exposición)

Que Osamu Tezuka es el dios del manga no es una sobrevaloración en absoluto. Bueno, evidentemente tuvo sus fallos, pero hasta él tiene el derecho a errar. Pero es algo que no solía hacer, de modo que si cogemos cualquier obra suya al azar la probabilidad de que se trate de una obra de gran calidad (por no decir maestra) es increiblemente alta. Y qué decir de lo influyente que ha sido su obra, tanto en manga como en anime.

En los años sesenta Tezuka creó su propia productora, Mushi, en donde, a parte de adaptar gran parte de su obra, se dedicó a volcar su creatividad y originalidad dando lugar a cortos de animación experimental, obras poco convencionales pero que en cada uno de ellos llevaba el sello indiscutible que sólo Tezuka pudo plasmar. De estos cortos se han recogido trece para incluirlos en la antología ‘Animación Experimental de Tezuka’. Un DVD que se me antoja imprescindible.

Voy a intentar resumir en este artículo doce de los trece cortometrajes escogidos para este DVD, ya que el decimotercero es un autorretrato del autor que no tiene más historia. Bueno, comenzamos.

‘Osu’ (‘Macho’ — 1962)

No os voy a engañar, este primer corto, de tres minutos de duración, descoloca un poco. Por lo menos a mí me descolocó por completo. Tezuka nos habla de las relaciones de pareja tanto de gatos como de humanos. Esa es su sinopsis pero no penseis en ninguna tontería. Con la pantalla en negro, “iluminando” sólo lo que quiere mostrarnos, Tezuka nos plantea un viaje a la locura del “Macho” humano mientras nos acompaña la voz del macho gatuno. Este primer corto es sencillamente genial y te deja bien claro que el resto del DVD no nos vamos a encontrar con historia ñoñas, sino que cada una tendrá una profundidad atroz.

‘Arumachikado no monogatari’ (‘Historias de una Calle’ — 1962)

Creo que fue este mediometraje (dura 39 minutos), el que me conquistó por completo. Toda una historia fantástica, que comienza de un modo un tanto infantil y curioso pero que se convierte en una alegoría de la propaganda, de la dictadura militar y de la guerra. Una historia contada a través de los carteles de una calle cualquiera, de una ciudad cualquiera. Aquí es donde vemos la importancia de la música en la obra de Tezuka, importancia que llegará a su culmen con un mediometraje posterior. De ‘Historias de una Calle’ decir que es una fantástica y sorprendente producción que nos cuenta de forma sencilla los peligros de la guerra. Y bueno, su final es emocionante.

‘Memory’ (‘Recuerdos’ — 1964)

Otra joya más de Tezuka, una mirada sorprendente, irónica y, podría decir que acertada, hacia los recuerdos. Cómo recordamos nuestro primer amor, las broncas del jefe, la guerra… simplemente un corto magnífico que demuestra como somos y seremos lo que recordarán de nosotros.

‘Ningyo’ (‘Sirena’ — 1964)

Este corto es simplemente genial aunque se hace, quizás, un pelín largo. Es todo un viaje hacia la ensoñación y posterior locura del protagonista. Es ralizado con un dibujo plano pero que sirve perfectamente para contar lo que quiere contar.

‘Shizuku’ (‘La Gota’ — 1965)

La historia de un pobre náufrago en su balsa a la deriva y su sed. Osamu presenta la lucha de este náufrago y la única gota de agua que queda. El final es sorprendente, y aunque pueda parecer pueril nos saca la moraleja de que las obsesiones hacen que quedemos ciegos ante el entorno.

‘Tenrankai no e’ (‘Cuadros de una Exposición’ — 1966)

Llegamos al segundo mediometraje del DVD y una muestra soberbia de la importancia de la música en la obra de Tezuka. ‘Cuadros de una exposición’ está basada en las sensaciones que la suite homónima de Modest Mussorgski transmitió a Osamu. Modest Mussorgski a su vez se inspiró en la exposición de Viktor Hartmann. Es, por tanto una antología de diez cortometrajes cuyo hilo conductor es el arte de estos dos rusos.

‘Souseiki’ (‘Génesis’ — 1968)

Souseiki es una parodia del ‘Génesis’ a raíz de la primera película del ciclo de La Biblia de John Huston. Presentada con la maestría de Tezuka y en escala de grises es una parodia totalmente blanca, sin caer en el fácil recurso de la mofa hacia las creencias religiosas. Como dato decir que a mediados de los ochenta Osamu Tezuka recibió el encargo, por parte del Vaticano, de realizar un anime de 26 episodios basadas en episodios bíblicos conocido como ‘En El Principio… Historias de la Biblia’ obra que quedó póstuma.

‘Jumping’ (‘Saltando’ — 1984)

Nos encontramos ante uno de los cortos más originales del maestro. ‘Jumping’ va de eso, de saltar. En este gran corto nos metemos en los ojos del protagonista que empieza dando pequeños saltos que cada vez se van haciendo más y más grandes mostrándonos escenas de lo más variopintas.

‘Onboro Film’ (‘Una película estropeada’ — 1985)

Esta sí que es una pequeña gran joya de la animación. Es simplemente magnífica e imaginativa. Una obra que, como el título dice es una ‘película estropeada’, en el que los protagonistas tendrán que sortear los defectos que han aparecido con el tiempo en el celuloide.

‘Push’ (‘Pulsar’ — 1987)

Este corto es simplemente estremecedor, sobre todo por una de las frases finales “pulsasteis el botón equivocado”. Una visión a una tierra moribunda en el que todo funciona de forma mecánica a través de grandes máquinas expendedoras.

‘Muramasa’ (1987)

Muramasa fue un clan de forjadores de espadas mortíferas sobre el que corrían todo tipo de leyendas. Las leyendas más frecuentes existían en el que las espadas estaban malditas. Tezuka aprovecha estas leyendas para realizar un pequeño corto sobre una espada muramasa que tiene la maldición de convertir en reales los dibujos. Personalmente es uno de los cortos de este dvd que menos me han gustado, no os sabría decir la razón, el caso es que no me entusiasmó nada.

‘Mori no Densetsu’ (‘La leyenda del Bosque – Parte 1′ — 1987)

El tercer y último mediometraje del DVD es brillante y espectacular además de ser una obra inacabada que terminará el hijo de Tezuka. Al ritmo del primer movimiento de la cuarta sinfonía de Tchaikovski nos cuenta la historia de un bosque, centrada en una ardilla. Como curiosidad, y elemento distintivo de esta película, decir que la calidad de la animación va variando según avanza la trama. Desde un dibujo más primigenio hasta uno más elaborado, dando lugar a escenas preciosas.

En definitiva este DVD, editado por Divisa, es totalmente imprescindible. 13 cortos a cada cual más impresionante que rebosan la genialidad de Osamu Tezuka en todas sus vertientes. La historia más sencilla la llena de magia y ante él se rinde el mundo de la animación y del manga. O deberían hacerlo. No en vano Osamu demuestra una gran maestría tanto al lápiz como a la hora del estilo de animación. Es un maestro se mire como se mire.

Ficha Técnica

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* Título: Animación Experimental de Tezuka
* Guión y Dirección: Yusaku Sakamoto, Eiichi Yamamoto y Osamu Tezuka
* Año: 1962 – 1988
* Duración: 135 minutos
* Distribuidora: Divisa Films
* Precio: 5.95 euros

P.D. Alvy Singer también nos habla de estas obras maestras.


Ideas para regalar en Navidad: Manga

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Llegan las Navidades, como siempre con más de un mes de adelanto, y mientras las calles empiezan a llenarse de luces, toca ir pensando en los regalos que les caerán a la familia o a los amigos. Ya sea para alegrarle el día a algún ser querido, como para utilizar la ingeniosa técnica del regalo-boomerang, en ZF vamos a ir publicando una serie de listas con recomendaciones para regalar relacionadas con los temas que tratamos en el blog.

Hoy le toca el turno al manga. Para centrar un poco el radio de acción y que los regalos sean lo más concretos posibles, he decidido centrarme sólo en tomos únicos o en series cortas. Al fin y al cabo, no puede llegar uno un buen día y regalar de golpe y porrazo todos los tomos de, por ejemplo, ‘Gantz’. Así que se quedan fuera de la lista algunas series indispensables que se están publicando ahora mismo como ‘Pluto’, ‘Dr. Slump’ o ‘Amasando Ja-Pan!’. En cualquier caso, espero que entre las diez obras que he seleccionado, se encuentre alguna de vuestro agrado. En cada uno de los apartados, encontraréis un enlace a una reseña más detallada de cada obra.

astralproject.jpgAstral Project (Planeta, 4 tomos)

Misteriosa, absorbente y original. Así se puede describir esta obra creada por el guionista Marginal y el dibujante Syuji Takeya. Un joven acude al piso de su hermana al poco de su muerte para hacerse cargo de sus pertenencias. Entre ellas, encuentra un extraño CD de jazz. Al escucharlo en su casa, el chico se separa de su cuerpo e inicia una serie de viajes astrales en los que se encontrará con otros misteriosos personajes.

‘Astral Project’ es un manga lleno de referencias culturales (entre otras, la del inquietante personaje escapado de un cuadro de Francis Bacon) y de enigmas en torno a la muerte de la muchacha, que sólo irán resolviéndose con el paso de las páginas. Creo que por el momento no se han publicado más obras de este guionista en nuestro país, pero si conocéis alguna, no dejéis de decirlo en los comentarios, pues seguro que valdrá la pena.

En Zona Fandom | Crítica de Astral Project

tokyostyle03g.jpgTokio Style (Glénat, 4 tomos)

Hiroto Matsukata trabaja como redactora en un semanario de información general. Su pasión por su trabajo es digna de admiración, pero al mismo tiempo es la fuente de todos sus problemas. Para empezar, le impide sacar adelante la relación con su novio. Y además, el estrés le lleva muchas veces a enfrentamientos con sus compañeros de trabajo o a perder los estribos durante la búsqueda de noticias.

Este manga es interesante en primer lugar por el retrato psicológico de su protagonista, que aunque pueda parecer, no se limita sólo a su vida laboral. Además, las investigaciones para sus reportajes ofrecen grandes momentos con una fuerte carga de intriga, así como las vivencias de algunos de los personajes secundarios. El título original de este manga de Moyoco Anno es ‘Hatarakiman’, o como diríamos aquí, “adicta al trabajo”.

En Zona Fandom | Crítica de Tokio Style

nijigahara.jpgNijigahara Holograph (Ponent Mon, tomo único)

Ya he mostrado en más de una ocasión mi admiración por el trabajo del mangaka Inio Asano. Hasta la fecha, el único trabajo suyo que ha visto la luz en nuestro país es este ‘Nijigahara Holograph’, una inquietante historia protagonizada por varios jóvenes cuyas vidas están fuertemente marcadas por diversos acontecimientos ocurridos durante los últimos años de su infancia y primeros de la adolescencia.

Es un manga que requiere que el lector vuelva de vez en cuando sobre sus páginas para descubrir nuevos matices y respuestas, consiguiendo sorprendernos y emocionarnos casi como la primera vez. Si ya conocéis esta obra o queréis probar alguna otra cosa de Asano, podéis tirar de importación y haceros con la edición americana de ‘Solanin’ (Viz Media), que no tiene ningún desperdicio.

En Zona Fandom | Crítica de Nijigahara Holograph

almanaque.jpgEl almanaque de mi padre (Planeta, tomo único)

Si la memoria no me falla, esta fue la primera obra de Jiro Taniguchi que desembarcó en nuestro país; primero en esos tomos raquíticos que tanto le gustaban a los de Planeta, y ya más recientemente con un volumen de tapa dura que por fin hace justicia a este delicioso slice of life. El padre de Youichi acaba de morir, y él tendrá que desplazarse desde Tokio hasta su pueblo natal para rendir cuentas con su pasado.

La relación con su progenitor se había ido enfriando con el paso de los años hasta ser casi nula, pero durante el velatorio, Youichi descubrirá numerosos detalles sobre su vida que le harán ver a su padre con otros ojos. Como siempre, Taniguchi acude a la realidad cotidiana para regalarnos una historia sincera y agridulce que incita a la reflexión. Como alternativa a esta obra, podéis probar con otros tomos únicos de este autor como ‘La montaña mágica’, ‘El caminante’ o el reciente ‘Un zoo en invierno’.

En Zona Fandom | Crítica de El almanaque de mi padre

aire.jpgBajo el aire (Dolmen, tomo único)

Menuda joyita que nos encontramos en el catálogo manga de Dolmen. ‘Bajo el aire’ es una recopilación de historias cortas del maestro Osamu Tezuka que aglutinan las principales características de la obra de este autor: una narrativa ágil y a menudo experimental, una visión crítica y pesimista de la realidad, una mezcla de historias cotidianas con otras de corte fantástico, y alegatos en contra de las guerras y la estupidez humana. Tezuka toca tantos géneros distintos en este tomo, que resulta imposible aburrirse. Todas estas historias, con una extensión que ronda las 20 páginas, se publicaron originalmente entre 1971 y 1972, un periodo de éxito para el autor nipón que culminó al año siguiente con la llegada de una de sus series más recordadas, ‘Black Jack’.

Dos buenas alternativas a esta obra, también de breve extensión, son ‘Oda a Kirihito’ (Otakuland, 3 tomos) y ‘MW’ (Planeta, tomo único). Y si el presupuesto da para un poco más, no dejéis escapar la magnífica ‘Adolf’ (Planeta, 5 tomos).

En Zona Fandom | Crítica de Bajo el aire

shibuya.jpgShibuya Love Hotel (Panini, tomo único)

A medio camino entre el shojo y el josei, nos llega este volumen que recopila varias historias cortas de Mari Okazaki. Lo que todas tienen en común, además de tratar encuentros y desencuentros amorosos, es que tienen lugar en el barrio de Shibuya, y concretamente en los hoteles de citas que se reparten por sus calles. Con un dibujo estilizado y sensual, la autora nos presenta a diversos personajes a los que el amor se les aparecerá de la forma más insospechada.

A este volumen le siguieron en Japón dos tomos más con el mismo nombre, pero diferentes subtítulos: ‘Primavera’ y ‘Ronin goro’. Panini ya ha anunciado que si las ventas acompañan, no tardarán en ver la luz en nuestro país. Por el momento, ‘Shibuya Love Hotel’ es una buena oportunidad para sumergirse en historias reales como la vida misma, sin la ñoñería o la excesiva ingenuidad de otras obras similares. El manga ha caído hace poco en mis manos, pero en breve encontraréis por aquí una crítica más detallada.

ebichu.jpgEbichu (Ponent Mon, 5 tomos)

Ebichu es un hamster hembra, parlanchina y vivaracha, que vive en Tokio con su ama. El principal trabajo de Ebichu es encargarse de las tareas del hogar, pero también dedica gran parte de su tiempo a retransmitir y comentar la vida personal de su joven dueña, especialmente los encuentros amorosos con su novio, al que Ebichu se refiere con el apelativo de “inútil”. Lo que aparenta ser un cómic para niños y tan entrañable y profundo como ‘El dulce hogar de Chi’, resulta ser una gamberrada divertidísima y socarrona en el que su autora refleja sin piedad los entresijos de la vida en pareja.

La serie original cuenta con más de una decena de tomos, pero aquí Ponent Mon la canceló tras la salida del quinto volumen. De hecho, la editorial ha annciado hace poco que va a descatalogar la obra (junto con otras de sus publicaciones), así que es mejor que os déis prisa si queréis disfrutar las aventuras de este divertidísimo roedor.

En Zona Fandom | Crítica de Ebichu

panorama.jpgLa extraña historia de la isla panorama (Glénat, tomo único)

Con este manga, Suehiro Maruo se alejó un poco de su estilo terrorífico y grotesco para firmar una historia basada en una novela de Ranpo Edogawa. Hirosuke Hitomi es un escritor en horas bajas que sueña con cumplir un deseo peculiar y megalómano: construir un Edén sobre la tierra. Un día, descubre que ha muerto un antiguo compañero de estudios, un hombre con quien guardaba un gran parecido físico. Su compañero tenía una gran fortuna, así que Hitomi decide usurpar su identidad para hacerse con ella y cumplir su anhelado sueño.

Lo más interesante de esta obra es su apartado gráfico, en el que Maruo vuelve a desatar su pasión por el surrealismo, salpicada de ciertas dosis de erotismo y de arte clásico. La trama pierde fuelle en los últimos pasajes del manga, pero no por ello deja de ser muy recomendable.

En Zona Fandom | Crítica de Jaime y de Roberto

virginboy.jpgVirgin Boy (Planeta, dos tomos)

Sim Heyong está convencido de que es andrógino, es decir, un individuo que aúna al mismo tiempo características de los sexos masculino y femenino. El muchacho está convencido de ello, pero las cosas se le complican con la llegada de la pubertad. Sus rasgos masculinos se acentúan (le empieza a cambiar la voz, le sale pelusilla en la cara), pero los femeninos se quedan atrás. Así que el pobre hará todo lo posible para desarrollarlos, lo cual sólo le reporta la fama de pervertido a ojos de sus compañeras de clase. Por su parte, sus compañeros lo ven casi como un dios del sexo, entre otras cosas porque vive en un Love Hotel.

‘Virgin Boy’ es un manhwa un tanto caótico, pero sin duda, una de las mejores obras humorísticas que nos ha llegado este año desde el lejano oriente. La originalidad de su planteamiento y del desarrollo de cada capítulo asegura una lectura ágil y entretenida.

En Zona Fandom | Crítica de Virgin Boy

bradherley.jpgLos carruajes de Bradherley (Dolmen, tomo único)

Hiroaki Samura ha abordado con gran acierto multitud de géneros (el western, el slice of life, las historias de samurais…), y con ‘Los carruajes de Bradherley’ nos transporta a un orfanato en la época victoriana. Las muchachas que viven allí tienen una única ilusión en la vida: ser elegidas para formar parte de la compañía teatral del señor Bradherley. Cada año, el aristócrata selecciona a dos de ellas para darles una nueva vida, aunque desgraciadamente no será la que ellas esperaban.

El desenlace de cada una de ellas deberá descubrirlo el lector por su propia cuenta, pero una cosa es segura: no podrá evitar estremecerse a medida que vaya pasando las páginas. Samura saca su faceta más cruel para mostrarnos el lado oscuro de la moral victoriana, con su característico estilo de dibujo que aquí gana, si cabe, mayor crudeza. Una obra difícil de olvidar.

En Zona Fandom | Crítica de Los carruajes de Bradherley

Primeras novedades de Planeta para el Salón del Manga, entre ellas, ‘Tegamibachi’ y ‘Rin-ne’

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La gente de Planeta ha lanzado una primera avanzadilla para presentarnos algunas de las novedades que tienen previstas para el próximo Salón del Manga de Barcelona. Del primer manga de la lista ya os hablamos aquí, se trata de ‘Armamento Alquimista’, obra del creador de ‘Ruroni Kenshin’ que nos cuenta las aventuras de un joven que se sumerge en el mundo de la alquimia.

El segundo shonen de la lista me ha puesto los dientes larguísimos y estoy deseando verlo publicado. Se trata de ‘Tegamibachi’, obra de Hiroyuki Asada, un autor del que hemos podido ver algunas magníficas historias en la revista ‘Robot’, publicada por Glénat hasta su reciente cancelación. El protagonista es un chico llamado Lag que sueña con entrar a formar parte del aguerrido cuerpo de mensajeros llamado Letter Bee. Es un manga con un dibujo magnífico y una historia plagada de aventuras, y sin duda, lo mejor que nos ofrece Planeta por el momento.

Otro shonen que pinta interesante es ‘Kyokai no Rinne’ (que aquí se llamará simplemente ‘Rin-ne’), de la siempre eficiente Rumiko Takahashi. Una adquisición sorprendente, teniendo en cuenta el interés de Glénat por ella, y que la mayor parte de la bibliografía de esta mangaka ha llegado a España al abrigo de dicha editorial. La prota es una chica llamada Sakura que tiene la capacidad de ver a los espíritus.

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Repasados ya los shonen, es el turno del shojo. Planeta ha anunciado de momento dos nuevas adquisiciones. La primera es ‘Mistress Fortune’, de Arina Tanemura, autora de la que recientemente han reeditado en formato kanzenban la divertida serie ‘Kamikaze Kaito Jeanne’. En esta ocasión, la mangaka combina romance y ciencia-ficción para contarnos la historia de dos jóvenes con poderes sobrehumanos que forman parte de una organización secreta.

El segundo shojo se titula ‘Spicy Pink’, y se trata de una de las obras más recientes de Wataru Yoshizumi (‘Marmalade Boy’). En ella nos encontramos con la joven Sakura, una currante nata que, al igual que la prota de ‘Tokyo Style’, no tiene tiempo para relaciones sentimentales. La cosa cambiará cuando conozca en una reunión a un médico bastante grosero, que a pesar de su actitud despertará cierta atracción en ella.

La última novedad anunciada por Planeta, y que también os comentamos hace unos días, es la reedición del ‘Adolf’ de Osamu Tezuka. Lo que sí sabemos ahora es que la obra será reeditada en dos tomos de lujo, y que darán un nuevo repaso al material gráfico para darle la mayor calidad posible. Este sin duda también caerá en mi lista de la compra, aunque espero que anuncien algún seinen nuevo para el Salón. No obstante, desde Planeta confirman que a la vuelta del verano conoceremos nuevos títulos. Por ahora, debo decir que me han dejado buen sabor de boca sus propuestas, a ver si mantienen el nivel en los próximos meses.

Más información | Planeta DeAgostini

Los 10 mangakas más importantes de la historia, según Oricon

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Acabo de toparme con este top 10 publicado por la web japonesa Oricon, un top que ya tiene un tiempito pero que vale la pena recordar. Se trata de una lista con los 10 mangakas más importantes de la historia, en función de la longevidad de sus carreras y de su influencia en la sociedad japonesa.

Qué duda cabe que escoger sólo 10 autores de entre los centenares que ha dado el género a lo largo de su historia, es cualquier cosa menos una tarea fácil. Tampoco es extraño que se queden fuera algunos nombres indispensables (podemos hablar de ellos en los comentarios), si bien no se puede negar que los nombres que aparecen en esta lista tienen bien merecido el puesto. De hecho, es posible que incluso nos descubran algún autor nuevo que no estaba en nuestros radares y que vale la pena descubrir.

Veamos qué autores conforman esta lista y conozcamos algo más sobre ellos.

1. Osamu Tezuka: Podía faltar cualquier nombre en la lista, pero no el suyo. Considerado como el padre del moderno cómic japonés, el creador de ‘Astro Boy’ y ‘Black Jack’ es toda una institución en el país del sol naciente. Lo mejor, su juguetona narrativa, el dinamismo de sus dibujos y sus demoledoras críticas al mundo que le tocó vivir.

2. Akira Toriyama: Vale que desde que finalizó ‘Dragon Ball’ ya no ha levantado cabeza (de hecho, ya no la levantaba en los últimos tramos de la serie), pero Goku y compañía forman parte indisoluble de nuestras vidas, y no hablemos ya de la divertidísima ‘Dr Slump’. Tori llevó el humor y la imaginación a un nuevo nivel, aunque siempre fuera un poco perezoso a la hora de diseñar escenarios.

3. Fujiko F. Fujio: En realidad no hablamos aquí de un único mangaka, sino de dos, Hiroshi Fujimoto y Moto Abiko, que crearon bajo este seudónimo uno de los personajes más entrañables del manga: Doraemon. Crearon otras obras como ‘Ninja Hattori’, pero fue el gato cósmico el que los condujo al éxito.

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4. Eiichiro Oda: A pesar de su juventud (35 años), Oda se ha ganado a pulso el pulso el puesto en esta lista por haber creado la saga más exitosa de la década: ‘One Piece’. Toriyama es sin duda una de sus grandes influencias, pero al contrario que otros autores, Oda ha ido más allá del simple pastiche y ha creado una obra con personalidad propia.

5. Takehiko Inoue: Hasta que apareció ‘One Piece’, su ‘Slam Dunk’ ostentaba el título de ser el manga más vendido de la historia. La obra ocupó un total de 31 tomos dedicados a la gran pasión de Inoue: el baloncesto. Con ‘Vagabond’ cambió radicalmente de tercio y nos sumergió en la historia de un legendario guerrero japonés.

6. Shigeru Mizuki: Hasta hace poco no era un autor demasiado conocido en España, aunque recientemente nos han llegado algunas obras interesantes de este mangaka: ‘NonNonBa’ (Astiberri), ‘Hitler: la novela gráfica’ (Glénat) y ‘Operación muerte’ (Astiberri). No obstante, su obra más recordada es ‘GeGeGe no Kitaro’, una historia de terror inspirada en el folclore japonés.

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7. Fujio Akatsuka: Lo cierto es que no conocía demasiado de este autor antes de revisar la lista. Su obra más destacada es ‘Osomatsu-kun’, un manga de humor que narra las peripecias de una familia, publicada a principios de los 60. Su adaptación al anime se ha convertido en una de las más longevas de la televisión nipona.

8. Machiko Hasegawa: Nacida en 1920, fue una de las primeras mujeres en dedicarse profesionalmente al manga. Es recordada por la serie cómica ‘Sazae-san’, protagonizada por una joven y su familia. La tira tuvo una larga vida, pues comenzó a publicarse en 1946 y no finalizó hasta 1974.

9. Hayao Miyazaki: ¿Qué decir de este genio? Sin duda es más recordado por sus películas, pero en el manga también dejó su huella con ‘Nausicaä del Valle del Viento’, que posteriormente también dio el salto a la gran pantalla. Si quieres saber más de este autor, no dejes de repasar nuestro especial sobre el Studio Ghibli.

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10. Osamu Akimoto y Naoki Urasawa: En el décimo puesto, nos encontramos con un empate. Urasawa no necesita presentación gracias a obras como ‘Monster’ y ‘20th Century Boys’, que lo alzaron a la categoría de maestro de las historias de suspense con guiones cuidados al milímetro y un dibujo cargado de personalidad. Por su parte, Akimoto lleva publicando el manga ‘Kochikame’ desde nada menos que 1976. En él nos cuenta el día a día en la comisaría del parque Kameari, con un total de 170 volúmenes recopilatorios.

Gustos aparte, nos encontramos con una lista que no tiene desperdicio alguno. Aunque así a bote pronto echo en falta la presencia de otro autor indispensable: Katsuhiro Otomo. Y tampoco estaría de más la presencia de Rumiko Takahashi. ¿Se os ocurre alguno más que no debería faltar en esta lista?

Vía | Entrecómics

‘Fénix vol.1′, la obra maestra de Tezuka

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Resulta muy complicado hablar de ‘Fénix‘ sin parecer un fanático de Tezuka al que esta fantástica edición integral de Planeta le ha hecho babear hasta lo indecible ante la perspectiva de, ¡por fin!, poder disfrutar por completo del título que el Dios del Manga consideraba como el trabajo de su vida (y su obra cumbre) y que, desarrollado entre 1967 y 1989, no pudo ver acabado debido a su fallecimiento. Afortunadamente, la cualidad autoconclusiva de los volúmenes de la obra hace que los doce tomos que la componen puedan leerse de forma independiente, acercándonos cada uno de ellos, como el propio autor afirmaba en su momento

a un drama que pretende examinar la cuestión de la vida y la muerte desde varios ángulos.

En esta primera entrega de una colección IMPRESCINDIBLE para cualquier amante del noveno arte (poco deberían importar ante la grandeza de lo que Tezuka plasma en estas páginas las filias personales de los lectores hacia otros géneros de cómic) sirve al mangaka para recorrer los supuestos orígenes de Japón. Pero más allá de la precisión histórica de unas leyendas que se pierden en el alba de los tiempos, lo que podemos encontrar aquí es una de las muestras más ejemplares de lo que las formas narrativas del nipón fueron capaces de ofrecer.

De marcado carácter cinematográfico (resultan alucinantes algunas de las páginas con viñetas en “formato panorámico”) Tezuka no se amedranta en el transcurso de la narración a la hora de acudir a cuántos más recursos secuenciales diferentes, mejor; y el singular despliegue de talento que ello supone justifica, mejor que cualquier otra apreciación, el tener en tan altísima consideración a un artista que en ‘Fénix’ va encadenando página tras página de genio aviñetado.

Ocultas debajo de su agradable estilo de dibujo (influido como estuvo siempre por el Disney de los primeros años) quedan una crueldad y una carga dramática sólo aliviadas por el espléndido y anacrónico sentido del humor del que el autor hace gala; un sentido del humor que le permite incluir apariciones como la de Hitler, Zatoichi o personajes de obras coetáneas de otros mangakas sin que la credibilidad de su historia se vea afectada en lo más mínimo y que eleva aún más si cabe la sobresaliente apreciación de un título que, avisados quedan, en sus siguientes entregas no hará más que mejorar.

Fénix vol.1

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  • Autores: Osamu Tezuka
  • Editorial: Planeta DeAgostini
  • Encuadernación: Cartoné
  • Páginas: 360
  • Precio: 25 euros

‘Unico’, la ternura en Tezuka

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Explorar las páginas del Previews sentado en la mesa de mi tienda de cómics habitual a comienzos de cada mes es uno de esos pequeños placeres que sigue reservándome, de cuando en cuando, pequeñas sorpresas. Y aunque a lo largo de los años el descubrimiento de títulos que no han visto (o no verán) la luz en nuestras tierras ha ido disminuyendo por el genial trabajo que las editoriales españolas hacen mes a mes, esto no ha quitado para que, de cuando en cuando, uno se encuentre con títulos de esos que tienen que cruzar el charco para tomar acomodo en tu tebeoteca.

Normalmente dichos títulos suelen ser pequeñas obras independientes americanas o ediciones en formato de lujo de cómics de superhéroes que no tendrían cabida en nuestro mercado editorial, así que pueden imaginar mi sorpresa cuando hace cuatro meses vi anunciado a toda página esta obra de Tezuka, y la ilustración del pequeño y tierno unicornio trajo a la memoria el vaguísimo recuerdo que de él albergaba del anime producido a principios de los ochenta. Resulta muy evidente que no vacilé ni un sólo instante a la hora de incluirlo en el pedido mensual.

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Publicado gracias a la ayuda de un proyecto kickstarter, este grueso y primorosamente editado volumen recoge los tres originales que Osamu Tezuka publicó a finales de los setenta en Japón, y es una de las pocas oportunidades de poder leer un cómic del Dios del Manga a todo color. ‘Unico’ nos cuenta, en episodios aislados y autoconclusivos, las aventuras en las que se ve implicado un pequeño unicornio que es llevado de época en época por Zéfiro, el espíritu del viento, siguiendo órdenes de la diosa Venus. Ésta, celosa de que su hijo Eros se haya enamorado de Psique por obra del mítico animal, decide desterrarlo, haciendo que cada vez que Zéfiro lo traslada a un nuevo lugar, olvide lo que acaba de vivir.

Oculto tras la inocente pátina de ternura y candor que las redondeadas formas del trazo de Tezuka siempre albergaron (y que aquí recuerdan poderosamente a su ‘Princesa caballero‘), el maestro nos ofrece unas historias que en apariencia hablan del poder de la amistad y el amor pero que no son capaces de ocultar las críticas del nipón acerca del egoismo humano. Quizás el alcance de dicho mensaje no tenga la fuerza de las muchas y diversas lecturas que pueden extraerse de su magna ‘Fénix‘, pero eso no quita para que ‘Unico’ sirva de enésima confirmación de la grandeza que encerraba todo aquello que salía de la imaginación de un autor irrepetible.

UNICO

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  • Autores: Osamu Tezuka
  • Editorial: Digital Manga Publishing
  • Encuadernación: Rústica
  • Páginas: 394
  • Precio: 34,95 dólares

‘Fénix vol.2′, el futuro en los ojos de un maestro

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Con la relectura del primer volumen aún fresca en la memoria, y las grandezas de la misma todavía resonando fuerte en un lector apabullado por el talento que Osamu Tezuka derrochaba en las páginas del tomo, acometía la de este segundo con el pleno conocimiento de estar ante el punto más alto de las doce entregas de que constara esta grandiosa edición de ‘Fénix’ y, qué duda cabe, ante uno de los tres mejores trabajos que el Dios del Manga llegó a desarrollar en su dilatadísima trayectoria.

Ya en la entrada correspondiente al anterior tomo apuntaba que la cualidad autoconclusiva de las historias contenidas en cada uno hacía muy cómoda la aproximación a su lectura, pero no quisiera que tal afirmación llevara a pensar que la interconexión entre las diferentes historias es inexistente, ya que en el inmenso lienzo que el nipón esboza con cada una de las etapas de esta su “reconstrucción” de la historia de la humanidad las llamadas de uno a otro relato son una constante.

Fenix-vol-2-interior

No quiere esto decir, por supuesto, que aquél lector que (incomprensiblemente) decida no adquirir la colección completa, vaya a perderse el hilo argumental de un personaje debido a que su relato continúe en otro volumen; pero sí que no podrá apreciar en toda su magnitud las aleccionadoras intenciones de Tezuka que, sobre todo en este segundo tomo dedicado al “futuro”, deja entrever de forma clara el lúcido y elocuentísimo escepticismo hacia la raza humana que no pocas veces dimana de sus páginas.

(OJO SPOILERS) Con la diáfana pretensión de desmontar el concepto de deidad (y, ya que está en ello, el de religión) Tezuka juega con maestría a plantear un futuro que podría ser pasado, algo parecido a lo que muchos años después haría Ronald B.Moore con el irregular final de su ‘Battlestar Galactica‘, planteando como hipótesis que mueve toda la acción que todo el universo es un gran ser vivo en constante evolución y que, en lo que a la Tierra respecta, dicha evolución va encaminada a hacer mejor a la raza humana, reiniciando una suerte de conciencia cósmica la vida en nuestro punto azul y pálido tantas veces como haga falta para lograr tan utópico objetivo.

Y en este sentido, la fina pero demoledora ironía que maneja el maestro en las dos últimas páginas justificaría por si sola una calificación que se basa también, cómo no, en el asombroso conocimiento del mangaka de los mecanismos que articulan el noveno arte y en el sublime manejo que hace de los mismos. Hablar aquí de los muchos que podemos encontrar en estas páginas no llegaría a hacer justicia a lo que el artista pone en juego, y es por ello que, con toda la insistencia posible, os invito encarecidamente a viajar a ese distópico futuro que, con visionaria mirada, planteó Osamu Tezuka hace ya más de cinco décadas.

Fénix vol.2

10MUY GRANDE
  • Autores: Osamu Tezuka
  • Editorial: Planeta DeAgostini
  • Encuadernación: Cartoné
  • Páginas: 304
  • Precio: 25 euros

‘El libro de los insectos humanos’, la taxonomía según Tezuka

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el libro de los insectos humanos-portada

Con la edición definitiva de ‘Fénix’ que Planeta DeAgostini comenzaba a publicar hace unos meses, los muchos amantes de las historias que Osamu Tezuka concretó a lo largo de su hiperactiva trayectoria podíamos sentirnos más que satisfechos. A fin de cuentas, el citado título fue considerado en su momento por el Dios del Manga como su obra cumbre, y cada nuevo volumen publicado no hará más que darle la razón (y si no me creéis, esperad y veréis). Pero eso no significa, ni mucho menos, que nuestra hambre de Tezuka quede saciada, sabiendo como sabemos que todavía queda por publicar en nuestro país un elevadísimo porcentaje (al que no me atrevería a poner cifra) de aquello que vio la luz en el país del sol naciente.

Es por este motivo por el que cualquier novedad en la que figure el nombre del grandioso autor nipón es siempre motivo de celebración, afirmación ésta que adquiere diferentes matices dependiendo de qué título estemos hablando, matices que en el caso de ‘El libro de los insectos humanos’ sólo pueden tener connotaciones de sobresaliente dada la especial relevancia que este título tiene dentro de la bibliografía del maestro japonés.

Preciso análisis de la condición humana a través del mutable carácter de uno de los mejores personajes centrales que ideó Tezuka, la historia hilvanada aquí por el mangaka nos presenta a Toshiko Tomura, una joven de poco más de veinte años a la que los medios han calificado como una moderna Da Vinci. Y es que Toshiko ha llegado a las cimas más elevadas de aquellas disciplinas artísticas que ha tocado, sean estas la interpretación, la arquitectura o la literatura.

el libro de los insectos humanos-interior

Mas Toshiko tiene un oscuro secreto, algo que oculta a los ojos del mundo pero que la gente que ha estado muy cerca de ella ha descubierto para su infortunio. Y es este secreto (que no desvelaré), y lo que comporta de cara a la supervivencia del personaje, lo que sirve de pretexto a Tezuka para postular su disconformidad con la sociedad en la que vivimos (por más que hayan pasado cuarenta años desde su publicación, muchos de los postulados que aquí expone el autor son de una actualidad asombrosa) al tiempo que desnuda el alma humana y nos da una soberana bofetada al mostrarnos las bajezas que estamos dispuestos a cometer con tal de medrar en la vida.

Obviamente enmarcada en las corrientes del manga adulto a las que Tezuka supo tan bien adaptarse llegados los setenta, siguen sorprendiendo (y seguirán sorprendiendo siempre) las formas narrativas de un autor que, imitado hasta la saciedad, nunca ha encontrado igual con el que pueda comparársele. En el caso que nos ocupa, los impresionantes juegos de luces y sombras (hay páginas que dan auténticas lecciones de autoridad a este respecto), las constantes experimentaciones con la estructura de las viñetas, los renovados usos que hace en no pocas ocasiones de los bocadillos de diálogo y el hecho de que el ritmo no decaiga a lo largo de sus casi 370 páginas son motivos más que suficientes para apoyar la anterior afirmación.

Al margen de recomendar efusivamente la lectura de tan sobresaliente título, lo único que me resta es alentar a Astiberri, o a cualquier otra editorial que tenga posibilidades de hacerlo, de conseguir más derechos de lo mucho que todavía queda inédito en nuestro país de Osamu Tezuka. Somos muchos los que se lo agradeceremos de todo corazón.

El libro de los insectos

10MAGISTRAL
  • Autores: Osamu Tezuka
  • Editorial: Astiberri
  • Encuadernación: Rústica con solapas
  • Páginas: 368
  • Precio: 23 euros

‘Fénix vol.3′, del pasado al futuro

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Fenix vol

De la misma manera que hace unos días me refería al tercer volumen de ‘Pepe’ como el último que reseñaría de la magistral aproximación que Carlos Giménez está haciendo a la vida de Pepe González, he de comenzar hoy esta reseña de la tercera entrega de ‘Fénix’ enunciando lo mismo, esto es, que a menos que alguna de los nueve números que quedan para completar esta obra maestra del manga de todos los tiempos no esté al nivel de dicha calificación —y me van a permitir que lo dude mucho— está será la última ocasión en la que servidor acerque su mirada crítica al título que el padre del manga consideraba la cumbre de su inabarcable producción.

Y creedme cuando os digo que no es una decisión fácil teniendo en cuenta lo mucho que siempre acude raudo al pensamiento en el momento en el que hay que hablar de unas páginas que encierran tanta maestría y tanto talento narrativo que, como lector, lo único que resta es contemplar alucinado como con una facilidad pasmosa se van sucediendo formulaciones visuales y composiciones de viñetas que aún hoy, tantos años después de su elaboración, se establecen sin dificultad con un carácter de contemporaneidad que asusta, aventajando Tezuka a infinidad de los compañeros de profesión que hoy en día se ganan el pan con sus dibujos.

En el tomo que nos ocupa, y fusionando lo que habíamos visto en los dos anteriores, el autor dedica la primera mitad al pasado de Japón, acercándonos a la época Yamato de la historia nipona (entre los años 250 y 710 d.C); una era en la que nos describe lo lejos que llegarán las obsesiones de un rey por querer traspasar las fronteras del tiempo y dejar constancia de su gloria a las generaciones futuras, enhebrando Tezuka una trama que se arropa de un sentido de la tragedia tan brillante como acongojante. Una descripción que también podría adoptarse para la segunda parte, una mitad en la que viajamos al futuro y que el mangaka aprovecha para dar toda una lección sobre lo que debe ser un relato de ciencia-ficción bien construído que ríanse ustedes de Asimov o Arthur C. Clarke.

Lo dicho, una obra maestra sin paliativos.

Fénix vol.3

10SIN PALABRAS
  • Autores:Osamu Tezuka
  • Editorial: Planeta DeAgostini
  • Encuadernación: Cartoné
  • Páginas: 340
  • Precio: 25 euros

‘La canción de Apolo’, el alma según Tezuka

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La cancion de Apolo

No seré yo el que afirme, ni así me despellejen, que un título firmado por Osamu Tezuka, trascendidas sus infantiles incursiones iniciales en el mundo del noveno arte, pueda ser considerado como otra cosa que no sea IMPRESCINDIBLE. Pero lo cierto es que dejando de lado dicha disquisición, y quizás contraviniéndola, cuando uno ha leído tanto del Dios del Manga, cuando se ha bebido las páginas de sus obras más representativas, aquellas que lo encumbran como uno de los indiscutibles pináculos de la disciplina artística que más líneas ocupa en esta vuestra página, cuando ha pasado muchas horas asombrándose ante el portentoso genio narrativo del maestro nipón y observado la inmensa influencia que sus modos han tenido a lo largo y ancho del mundillo del cómic a nivel mundial…es cuando termina siendo consciente de que, por muy bien que sean recibidas (y lo son), el rescate de aquellas obras que permanecían inéditas en nuestro país no redunda en exceso en saciar unas ansias que ya se han visto colmadas de sobra durante la última década.

Eso no quita, obviamente, para que cuando uno se acerca a las páginas de esta ‘La canción de Apolo’, se sienta por momentos invadido por los mismos sentimientos de asombro y admiración que le acompañaron a lo largo de las lecturas de títulos como ‘Adolf’, ‘El libro de los insectos humanos’ o los primeros volúmenes de la majestuosa ‘Fénix’. Pero, como decía, son percepciones adormiladas por el largo trayecto efectuado sobre la tebeografía del autor japonés, y no cuesta mucho identificar en esta historia acerca de Shogo, un joven incapaz de amar que será castigado por la diosa Atenea a vivir incontables historias de amor sin que ninguna de ellas llegue a buen término, esquemas tanto argumentales como visuales ya experimentados en alguna de las citadas obras o en las otras muchas que componen el vasto panorama de la producción del desaparecido guionista y dibujante.

Claro está, que todo ello queda paliado por el hecho de que, de partida, cualquier manga de Tezuka se sitúa muy por encima de la media de todo lo que se edita en España de cómic venido del país del sol naciente y, en el caso que nos ocupa, por la voluntad del maestro de que ‘La canción de Apolo’ sirva, como sus grandes obras, de preciso análisis de la condición humana. A esa voluntad, tan explorada en las obras maestras que jalonan todo aquello que el artista desarrolló en vida, el presente título aporta pequeños granos de arena que validan su lectura por completar el gigantesco mural acerca del hombre que Tezuka dibujó sobre un tapiz aviñetado tan asombroso como complejo. Un tapiz en el que ‘La canción de Apolo’ se establece como un eslabón más, tan brillante como la media del autor, aunque quizás no de la intensa relevancia que uno habría deseado que atesorara. Con todo, por si no ha quedado muy claro, una lectura sobresaliente.

La canción de Apolo

  • Autores: Osamu Tezuka
  • Editorial: ECC
  • Encuadernación: Rústica
  • Páginas: 544 páginas
  • Precio: 25 euros

‘Alabaster’, bajo la piel

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Alabaster

Aunque su línea principal de publicación vaya encaminada hacia el tebeo europeo (y el español, fuente inagotable de éxitos para la editorial), resulta incuestionable que las incursiones en el terreno del manga que Astiberri ha efectuado hasta el momento han dejado como resultados momentos de lectura tan fascinantes como imprescindibles. Ahí están para demostrarlos títulos como ‘El gourmet solitario’ de Taniguchi, la biografía de Shigueru Mizuki (por no hablar de los otros volúmenes del mangaka) o, por supuesto, los dos tomos de Osamu Tezuka que, por el momento (esperemos que lleguen muchos más si son de la misma calidad), han tenido a bien regalarnos los chicos de Bilbao.

Ocultada parcialmente a la sombra de ese espectacular estudio de la naturaleza humana que es ‘El libro de los insectos humanos’, lo que la lectura de ‘Alabaster’ ofrece a aquél que a ella se acerque es, como pasa con el grueso de la tebeografía de talante adulto del autor, un rosario de géneros y reflexiones que ya hemos visto muchas veces en la obra del Kamisama No Manga. Títulos como el anteriormente citado o como ‘MW’, ‘La canción de Apolo’, ‘Buda’ o, por supuesto, su maravillosa ‘Fénix’, servían al artista nipón para dar rienda suelta tanto a las infinitas virtudes de su espectacular y muy influyente narrativa (afirmar que se han copiado hasta la saciedad los mecanismos por él inventados sería un eufemismo) como para adentrarse en incisivos y elocuentes análisis acerca del hombre y las muy diversas condiciones del alma, desde las más nobles hasta las más viles.

‘Alabaster’ no es una excepción, y en esta enrevesada historia de venganza protagonizada por un afamado deportista olímpico de color cuya piel se tornó en traslúcida gracias al invento de un científico encarcelado por horribles crímenes, hay mucho de esas constantes de las que hablábamos antes: equilibrando siempre la vertiente más “seria” de su dibujo con la inevitable inclusión de esos personajes y momentos “acartoonados” que tan reconocible hicieron su estilo, y haciendo lo propio en el discurso interno de la historia, Tezuka vuelve a conseguir con este grueso volumen lo que ha logrado incontables veces, que nos asombremos ante la contemporaneidad de sus planteamientos, ante el brillo de su estilo y la locuacidad de su narrativa y que, por supuesto, quedemos deslumbrados ante lo portentoso de las reflexiones que remueven las cerca de 500 páginas de que consta el libro. Que dichos logros están al alcance de muy pocos autores actuales del cómic procedente del país del sol naciente es un hecho fehaciente; que para colmo el que lo consiga una y otra vez sea alguien que falleció hace veinticinco años habla de forma irremisible de la atemporalidad que el maestro de maestros supo insuflar a la práctica totalidad de su tebeografía, ya fuera ésta la de talante más “serio”, ya aquella que podríamos encontrar remontándonos a los inicios de su asombrosa carrera.

Alabaster

  • Autores: Osamu Tezuka
  • Editorial: Astiberri
  • Encuadernación: Rústica con solapas
  • Páginas: 488 páginas
  • Precio: 26 euros

‘Oda a Kirihito’, heroísmo exacerbado

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Oda_a_Kirihito

Como si de un grueso novelón ruso se tratara, ‘Oda a Kirihito’ nos presenta una historia cargada de épica, drama, tragedia y heroísmo, con un protagonista que se enfrenta a infinidad de adversidades, impulsado solo por su sentido de la justicia y su deseo de recuperar lo que le ha sido arrebatado. La obra se publicó originalmente en Japón entre 1970 y 1971, y hace unos años llegó a nuestro país en tres volúmenes, de la mano de la extinta editorial Otakuland. Sin embargo, llevaba ya tiempo descatalogada, así que es una estupenda noticia que ECC nos presente esta nueva edición en dos tomos con la que (re)descubrir este clásico del gran Osamu Tezuka.

La publicación de esta obra coincidió con una época muy prolífica para su autor, impulsado no solo por su genio creativo, sino también por unas acuciantes dificultades económicas. ‘Oda a Kirihito’ forma parte de esas obras de registro más oscuro que firmó Tezuka en su madurez, entre las que también se cuentan ‘Ayako’, ‘MW’ o ‘El libro de los insectos humanos’. Estos mangas marcaron el salto de Tezuka al público adulto, no solo en cuanto a temática, sino también en lo relativo a la experimentación gráfica y narrativa, algo de lo que ‘Oda a Kirhito’ es un gran ejemplo.

La historia gira en torno a la misteriosa enfermedad de Monmo, que produce unas terribles deformaciones en el cuerpo humano, provocando que el enfermo acabe pareciendo una especie de animal salvaje. Kirihito Osanai es un joven médico que está estudiando esta enfermedad. Para ello, se traslada hasta Inugamisawa, una pequeña aldea en la que se han registrado varios casos de este mal. Allí dará comienzo su calvario, una tremenda sucesión de calamidades que pondrá en mil y un apuros al pobre Kirihito, mientras sus pasos lo conducen desde Japón hasta otros países como Taiwán y Siria. La variedad de localizaciones se convierte así en uno de los puntos fuertes de esta obra, así como la complejidad de los personajes y el incesante ritmo, ya que no dejan de ocurrir cosas en las 800 páginas que dura esta oda.

A Kirihito hay que sumar otros interesantes personajes que también luchan por sobrevivir o por salirse con la suya. Tenemos al doctor Urabe, que también investiga la enfermedad de Monmo, al tiempo que intenta contener sus inquietantes pulsiones sexuales. Está el profesor Tatsugaura y sus maquinaciones para llegar a ser el director de la asociación médica de Japón. Y Reika, la joven contorsionista que se gana la vida con un peligrosísimo espectáculo circense por el que se sumerge en aceite hirviendo. O Helen, la monja enferma de Monmo que intenta encontrar la redención entregándose a los demás. Un reparto de lujo para una historia absorbente, intensa y emotiva. Con ‘Oda a Kirihito’, Tezuka también aprovechó para abordar ciertos temas de la actualidad de la época, como la crisis del petróleo, y para dar rienda a algunos de los conocimientos extraídos de sus años como estudiante de medicina. Unos conocimientos a los que, un par de años después de esta obra, sacó tremendo partido con otro de sus clásicos, ‘Black Jack’. Por todo ello, ‘Oda a Kirihito’ es una razón más para confirmar a Osamu Tezuka como el dios del manga.

Oda a Kirihito (2 volúmenes)

  • Autor: Osamu Tezuka
  • Editorial: ECC Ediciones
  • Encuadernación: Rústica
  • Páginas: 400 / 432
  • Precio: 22 euros cada volumen

‘Devorar la tierra’, ambiciosa e irregular

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‘Devorar la tierra’ supuso un punto de inflexión en la obra del sensei Osamu Tezuka. Publicada originalmente en las páginas de la revista Big Comic, entre 1968 y 1969, esta obra marcó el momento en que el autor decidió embarcarse en la exploración de los rincones más oscuros de la psique humana, con historias caracterizadas por su tono adulto y su experimentación formal. Una faceta que Tezuka seguiría desarrollando a lo largo de los años 70, con mangas tan importantes como ‘Oda a Kirihito’, ‘Ayako’ y ‘El libro de los insectos humanos’. El hecho de que ‘Devorar la tierra’ señale la etapa de madurez del autor la convierte en una pieza valiosa de la bibliografía de Tezuka, si bien acarrea ciertos defectos que vuelven la lectura un tanto farragosa e impiden que alcance el nivel de excelencia de otros mangas posteriores.

En este grueso volumen conocemos la historia de una enigmática mujer llamada Zephyrus, que con su arrebatadora belleza es capaz de embaucar a los hombres y manejarlos a su antojo. Esta mujer busca venganza por un hecho del pasado, la cual se extiende no solo a quienes le hicieron daño, sino a toda la civilización moderna. Junto a ella, el protagonismo de ‘Devorar la tierra’ recae sobre un joven llamado Gohonmatsu; despreocupado, pendenciero y bebedor empedernido, parece ser el único capaz de resistirse a los encantos de Zephyrus. Cuando recibe el encargo de investigar a esta extraña mujer, da comienzo esta compleja trama con la que Tezuka busca hacer una crítica mordaz de la sociedad de los años 60 del siglo pasado.

La obra está estructurada en una serie de capítulos que, por su nombre, parecen estar extraídos de una ambiciosa pieza musical: Preludio, Scherzo, Adagio moderato, Intermezzo, Fuga, etc. La trama está repleta de saltos espaciales y temporales, y aunque Zephyrus y Gohonmatsu sean los principales protagonistas, sus peripecias están intercaladas con historias breves de otros personajes, cuyas vivencias se suman al conjunto global. Historias que sobre todo se relacionan con el invento de una piel artificial que permite que una persona adopte el aspecto de cualquier otra, con los enredos y tejemanejes que ello conlleva. La experimentación formal no se limita al esqueleto de la obra, sino que también se extiende a la composición de las viñetas en la página, a la selección de los encuadres y a la sutileza con la que Tezuka plasma algunas de las escenas más escabrosas. Aspectos que fue desarrollando en sus siguientes obras, como las citadas un poco más arriba, y que acabaron por convertirse en elementos esenciales y reconocibles del estilo del autor.

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El problema de ‘Devorar la tierra’ es que la trama, de tan ambiciosa como es, provoca que el autor pierda el norte de la narración en más de un momento. A veces da la sensación de que, pese a partir de una idea general, Tezuka se dejó llevar por la improvisación en varios pasajes que o bien resultan superfluos o bien se alargan demasiado. El segundo problema, y posiblemente el más importante, es el personaje de Gohonmatsu. Aparte de que la única característica que lo define es su pasión por el alcohol (el pobre no demuestra tener demasiadas luces, la verdad), se trata de un personaje que carece de motivación, de un Macguffin que lo inste a avanzar durante la historia. En cambio, acaba metido en las situaciones por casualidad o arrastrado por otros personajes. Con un protagonista así, cuesta conectar con él y sumergirse de verdad en la historia. Por último, aunque resultan loables las críticas que vierte Tezuka contra ciertos aspectos de la sociedad (la codicia, la pasión desenfrenada por el dinero, el racismo, las guerras, la utilización de la sexualidad como medio para conseguir un fin), vistas a día de hoy resultan un poco ingenuas.

Por todas esas razones, la lectura de ‘Devorar la tierra’ termina resultando un tanto fatigosa, con momentos puntuales en los que brilla la genialidad de Tezuka y reconocemos al creador de sus obras más importantes. Así pues, se trata de un trabajo que palidece al compararlo con otros mangas posteriores, aunque tiene el indudable valor de señalar el momento en que Osamu Tezuka decidió empezar a proyectar su lúcida mirada sobre las miserias del mundo que nos rodea.

Devorar la tierra

  • Autor: Osamu Tezuka
  • Editorial: ECC Ediciones
  • Encuadernación: Rústica
  • Páginas: 520
  • Precio: 27 euros

‘Dororo’, de lo mejor de Tezuka

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dororo

Con Osamu Tezuka me ha pasado en tiempos recientes lo mismo que lo que comentaba el otro día con respecto a Ralf König, que de tanto atracarme de él, he terminado algo empachado. Bien es cierto que en el caso del autor alemán, dicho empacho se debía, como decía al hilo de ‘Porn Story’, a factores que nada tienen que ver con lo que provocó, hace un par de años, que decidiera mantener cierta distancia con la tebeografía del Dios del Manga a la espera de que el hastío momentáneo que había provocado la lectura de un considerable puñado de sus obras, diera paso de nuevo al hambre del despliegue de talento que había descubierto en él tiempo atrás. Pero claro, una cosa es tener un firme propósito, y otra muy diferente permanecer impávido ante la salida de un título puntal en la masiva producción del artista nipón, definición que, como podréis imaginar, viene a ajustarse, dejando holgura para muchas más apreciaciones, al grueso volumen de ‘Dororo’ que Random House publicaba en su línea DEBOLS!LLO el pasado mes.

Sea por el tiempo que ha transcurrido desde que me acerqué a una obra suya, sea —y me inclino mucho más por esto último— debido a que estamos ante uno de esos títulos que sirvieron a Tezuka para revolucionar un medio anquilosado en estructuras narrativas obsoletas, lo cierto es que, en términos muy sencillos, he disfrutado sobremanera de la lectura de ‘Dororo’. Aventura que sirve de crisol a una enorme cantidad de géneros con inclusiones de la fantasía más arraigada en la cultura nipona, el drama, la comedia tan propia del autor —y que tanto influirá a los autores que vengan después de él— y, por supuesto, esas reflexiones acerca de la condición humana que, en sus obras más adultas —y esta lo es, no cabe duda— siempre estuvo tan presente. Orientada aquí a hablar de lo indómito del espíritu humano y del poder de la determinación, dichas reflexiones se aproximan a la doble figura de Hyakkimaru, un joven al que al nacer le faltaron cuarenta y ocho partes de su cuerpo, y a Dororo, un niño que encontrará en su particular camino de redención.

Un camino tortuoso lleno de personajes secundarios que en las hábiles manos del manga no kamisama se convierten en no pocas ocasiones en protagonistas mucho más interesantes que los dos que realmente lo son —me encanta, por ejemplo, la mujer que tiene sometida a la pequeña villa—, algo que habla de forma inequívoca de la enorme capacidad de Tezuka de arrojar ideas y de construir caracteres que permanecen indelebles en la memoria visual por largo tiempo. A ello auxilia, qué duda cabe, el que el largo recorrido ya efectuado antes de afrontar ‘Dororo’ suponga que en sus planchas asistimos a todo un recital narrativo depurado al máximo, dando el japonés con soluciones de una elegancia extrema y de una belleza asombrosa. De entre todos ellos —y creedme cuando os digo que destacar uno sólo de entre las más de ochocientas páginas es tarea harto complicada— me quedaría con las espectaculares ideas con las que se resuelven las transiciones hacia los flash-backs, de una efectividad asombrosas y que, por sí solas, casi justificarían el largo tiempo que exige la lectura de tan prolongada historia. Pero claro, ‘Dororo’ es más, mucho más, y si queréis descubrir el por qué, no os quedará más remedio que pasar por caja. ¿Alguien ha dicho autoregalo para estas Navidades?

Dororo

  • Autores: Osamu Tezuka
  • Editorial: Random House Mondadori
  • Encuadernación: Rústica
  • Páginas: 848 páginas
  • Precio: 23,70 euros en Amazon

‘Ayako’, Tezuka no se andaba con “chiquitas”

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Acaso más recordado entre los nos muy duchos en el noveno arte por títulos como ‘Astroboy’ o ‘La princesa caballero’, es por su vertiente más adulta y desgarrada que los amantes del cómic sentimos devoción por algunas de las cientos de obras que Osamu Tezuka, el Dios del Manga, publicó a lo largo de su asombrosa trayectoria profesional. Así, si se nos pregunta por los títulos de Tezuka que guardamos como oro en paño en nuestra tebeoteca, sin duda saldrán a relucir obras como ‘Adolf’, ‘Fénix’, ‘MW’ o ‘El libro de los insectos humanos’, por citar los que servidor destacaría como los más sólidos y magistrales ejemplos de las formas en la que el nipón experimentó a placer con los mecanismos internos de la narrativa secuencial hasta el punto de que poder afirmarse acerca de él que, sin su presencia, el tebeo japonés, y por extensión el mundial, no sería el mismo.

Ahora bien, dado lo vasto de su producción, sería una falacia aseverar categóricamente que todo lo salido del lápiz del artista es indispensable cuando hay mucho, muchísimo, en esas más de 700 cabeceras que se aleja de dicho talante y se acomoda en un carácter prescindible variable que, en última instancia, dependerá del lector. En mi caso, y como creo haber comentado en más de una ocasión, haber leído en su momento de forma masiva todo cuanto caía en mis manos de Tezuka provocó una suerte de reacción de aversión que, por hartazgo, me impidió durante cierto tiempo acercarme a algunas de las ediciones en castellano que han aparecido en los últimos tiempos.

Ya algo recuperado del hastío, el grueso volumen que Random House dedicaba a ‘Dororo’ el pasado 2016 supuso una nueva toma de contacto con el artista que ahora queda afianzada con los dos volúmenes en los que Planeta Cómic ha recogido las algo más de 700 páginas que conforman ‘Ayako’. Y si no os salen las cuentas sumando las más de novecientas que conforman los dos volúmenes, es normal, el segundo de los que hoy nos ocupa también recoge una historia “corta” de talante fantástico y unas 200 páginas de extensión llamada ‘Melodía de acero’ que, después del impacto que comporta la principal, no pasa de lo meramente anecdótico.

Una cualidad ésta, la de anecdótica, de la que huye rauda la turbulenta historia con tintes de tragedia griega que Tezuka construye con ‘Ayako’. No en vano, es el propio autor en el epílogo que acompaña al cierre de la misma, el que confiesa que, truncada —más de 700 páginas y truncada, así era el Kamisama No Manga— por causas de fuerza mayor, su intención para con este título era haber construido el equivalente nipón de ‘Los hermanos Karamazov’ de Dostoievski. Ahí es nada. Y lo cierto es que, tanto en profusión de personajes, como en lo truculento de las situaciones que describe o lo perturbador de todo lo que rodea a esa protagonista que, fruto de una relación tormentosa entre el patriarca de una familia y su nuera, vivirá gran parte de su existencia encerrada en un almacén, ‘Ayako’ mira con intensidad a la obra de literato ruso.

El análisis de la condición humana que Tezuka realiza apoyándose en la inocencia del personaje femenino que da título al manga en contraste con la perfidia y maldad extrema de muchos de los que la rodean es sólo la punta del iceberg de un recorrido que lleva al autor desde las postrimerías de la Segunda Guerra Mundial hasta comienzos de la década de los setenta, utilizando el artista como hilo conductor de la narración, al margen de la inocente joven, a su tío, un soldado japonés captado por los servicios de inteligencia estadounidenses que terminará convirtiéndose en un ser sin escrúpulos obsesionado con su sobrina.

Y si bien es cierto que el tono desabrido y exagerado que impregna toda la lectura es excesivo en muchos instantes y puede resultar demasiado falso para nuestra cínica mirada contemporánea, donde ‘Ayako’ no defrauda es en el recital visual que comporta de principio a fin. No entraré en detalles del rosario de soluciones de las que Tezuka echa mano a lo largo de las muchas páginas que conforman la historia —aunque hay un puñado en particular hacia la mitad del segundo volumen que me parecieron singularmente soberbias—, y baste con afirmar que, publicada en un momento en el que al maestro ya no le quedaba nada por demostrar, ‘Ayako’ es la prueba palpable de que a un genio siempre le queda un último as en la manga con el que dejar atónito a su público.

Ayako

  • Autores: Osamu Tezuka
  • Editorial: Planeta Cómic
  • Encuadernación: 2 volúmenes Cartoné
  • Páginas: 464/456 páginas
  • Precio: 26,60 euros c/u en Amazon aquí y aquí Amazon

‘Black Jack’, un bisturí de leyenda

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En un año en el que se cumplen nueve décadas del nacimiento del Kamisama no manga —el Dios del Manga—, Planeta Cómic ha decidido tirar la casa por la ventana y, recuperando trabajos suyos previamente publicados por la desaparecida versión española de Glénat, ofrecer de nuevo a los lectores de nuestra piel de toro la posibilidad de asomarse al puñado de títulos que sirvieron —si no en su totalidad, si en buena parte— para cimentar la leyenda del noveno arte que ha sido, es y siempre será Osamu Tezuka. Y, al hacerlo, al retomar aquellos mangas que son seminales en la trayectoria de Tezuka, la editorial ha apostado por un formato de esos a los que resulta completamente imposible resistirse si, como servidor, eres un recalcitrante coleccionista y los volúmenes en tapa dura conforman un 80% de tu tebeoteca, no teniendo reparos en tener que volver a adquirir material que ya tenías con tal de poder poseerlo en forma más duradera.

Empezando la apuesta por el grueso volumen que pudimos ver en el Salón del Cómic, y que recogía la tetralogía inicial del artista nipón —la formada por ‘Metrópolis’, ‘La Isla del Tesoro’, ‘Lost World’ y ‘Netx World’— fue objeto de salida también en el mismo evento tebeístico el primer tomo de los ocho en los que la editorial recopilará la totalidad de ‘Black Jack’, cabecera legendaria donde las haya que, si bien por debajo de aquellos títulos que siempre se citan como cúspides de la producción del maestro japonés —ya sabéis, ‘Fénix’ y ‘Adolf’— se encuentra entre las posiciones más altas y representativas de la forma de entender el arte secuencial que Tezuka cosechó a lo largo de los cuarenta y tres años que estuvo en activo y a través de las más de 150.000 páginas que dibujó en vida.

Girando en torno a la figura de un misterioso mago del bisturí que consigue lo imposible sobre la mesa de operaciones y que trabaja sólo por dinero como una suerte de mercenario de la medicina que aparece y desaparece de las formas más inesperadas, ‘Black Jack’ es, como decíamos, un glosario preciso, un catálogo asombroso de todas las pequeñas idiosincrasias que hicieron grande a Tezuka: construida a base de pequeños capítulos de unas veinte páginas de media que no tienen más relación entre ellos que la aparición del enigmático protagonista —al que se unirá después la presencia más o menos constante de Pinoko, una pequeña irritante y llena de carisma—, ‘Black Jack’ va tocando de uno en uno todos los palos que hoy asociamos al mangaka, desde la aparición de constantes como Bigotón o los muchos trasuntos de Astroboy a la manera en que el autor maridaba gravitas y caricatura en una misma página sin que el resultado se sintiera extraño o forzado.

Entre medio, y dado el cimiento base en el que se sustenta el espíritu de la serie, la variedad de temáticas, de historias que analizan la especie humana desde muy diversos ángulos —algunos, vistos bajo cierta estrechez de miras contemporánea, resultan de una incorrección política abrumadora— conforma, a lo largo de las más de 1.200 páginas de estos dos primeros volúmenes, y de las casi 5.000 sobre las que se extiende ‘Black Jack’, un manga que trasciende filias y que se alza indiscutible como hito del cómic del país del sol naciente o, por extensión, de la historia del noveno arte en general. Una lectura obligada para todo amante del arte secuencial que, por fin, podemos disfrutar en una edición a la altura de las circunstancias.

Black Jack vols.1 & 2

  • Autores: Osamu Tezuka
  • Editorial: Planeta Cómic
  • Encuadernación: Cartoné
  • Páginas: 632/600 páginas
  • Precio: 23,75 euros c/u en Amazon y Amazon

‘La princesa caballero’, Tezuka que mira a Disney

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Corría el mes de junio de 2008 cuando, un día como otro cualquiera, hablando con mi compañero Mario por teléfono, le planteé la posibilidad de montar un blog en el que escribiéramos sobre esa ferviente pasión compartida que eran los tebeos. Entusiasmados con la idea de poder verter sobre el papel virtual aquello que pensábamos de todo lo que pasaba por nuestras manos, que no era poco, ambos paríamos con ilusión ‘Lecturas reCOMICdadas’, un espacio que se mantuvo “abierto” durante poco más de dos años y en el que llegamos a hablar de casi setecientos cómics diferentes, no sólo Mario y servidor, sino algún insensato más que se sumó a la aventura.

Abandonado por lo gravoso de tener que escribir de manera simultánea para el blog y para el difunto ‘El Correo de Andalucía’ —periódico del que fui redactor durante tres años—, nuestro antigua “criatura” sirve hoy para rescatar las líneas que le dediqué, hace casi una década, a ‘La princesa caballero’, unas líneas que pensaba habrían quedado obsoletas pero que, curiosamente, ante la relectura del volumen integral publicado por Planeta, siguen guardando completa vigencia. Corregidas levemente para la ocasión, con ellas os dejo.

“Choppy y la Princesa son buenos amigos. Choppy la defiende de sus enemigos”.

Si hace veinte años me hubieran dicho que iba a terminar escribiendo una reseña sobre una de las series de “dibujitos” más ñoñas de la época, me habría reído en la cara de quien afirmara aquello. Amante irredento de todo lo que signifique animación, incluso en aquellos años tenía mis límites y la serie sobre una princesa con dos corazones me superaba con mucho —y os lo dice alguien que vio ‘Candy, Candy’ enterita….y lloró a moco tendido con la muerte de Anthony…no, en serio—.

Saltemos eso, unos veinte años, y situémonos en una visita a casa de mi amigo Paco en Madrid. Sin saber que en los últimos tiempos le había dado por coleccionar cómics, y más concretamente, la obra de Tezuka, me sorprendió encontrar en sus estanterías ‘La Princesa Caballero’. Pero claro, cómo iba a saber yo, poco ducho en la obra del Kamisama No Manga, que las aventuras de Zafiro y Tink —pues así se llaman los personajes originales— eran creación suya.

El caso es que unos meses después, y tras las lecturas poco gratificantes de sus primeras obras, decidí que, qué demonios, le daría una opción a ‘La Princesa Caballero’. Y lo cierto es que, sin esperar demasiado —casi nada, me aventuraría a decir— la lectura de este “proto-shojo” me ha sorprendido gratamente. A ver, que nadie se lleve a engaño. En esencia, ‘La Princesa Caballero’ no es más adulta que las obras previas de Tezuka. De hecho, ser el primer shojo lo aleja del gusto por la ciencia ficción demostrado por ‘Metrópolis’ o ‘Next World’ y, por lo tanto, de mis filias. ¿Porqué me ha gustado entonces?, estarán preguntándose.

A decir verdad, no tengo la menor idea. Quizás sea porque, de todo lo que hemos comentado hasta ahora, ‘La Princesa Caballero’ sea la que más deje notar las sempiternas influencias “disneyanas” —sobre todo de ‘Blancanieves’ y ‘Cenicienta’—. Pero quizás también porque subyacen otras influencias más sutiles como la obra de Shakespeare, la versión de los hermanos Grimm del cuento popular La Bella Durmiente, el ballet del Lago de los Cisnes del gran Tchaikovsky, o el espíritu de los relatos de caballería o piratería tan comunes en la literatura de aventuras. Aunque parezca imposible, Tezuka incluye dosis de todas ellas —y algunas más— en el relato de las aventuras y desventuras —más estas últimas— de Zafiro mientras intenta encontrar su gran amor y definirse por uno de los dos sexos que habitan en ella.

Si argumentalmente esta es la obra más Disney de Tezuka hasta la fecha, la parte gráfica no se queda atrás, por más que el artista innove sobre el tejido del manga con la introducción de los fondos floridos o los enormes ojos de los protagonistas —algo que terminará siendo marca de registro de los shojo—: desde el diseño de Tink, sacado directamente de los querubines de la Pastoral de ‘Fantasía’, hasta el de la bruja Hell, la pérfida villana de la trama, la notable influencia de los estudios de animación es tremendamente obvia.

Aunque cuente con casi setecientas páginas para su tranquilo desarrollo, lo atribulado de todo el final hace pensar que quizás Tezuka no tuviera clara la conclusión de su obra —cogida con alfileres— hasta poco antes de terminarla. Esto no quita para que en la inmensa mayoría de su recorrido no podamos disfrutar de una obra pionera en su género que, ante todo, es tremendamente entretenida.

La tumba de los Champignac

  • Autores: Fabrice Tarrin & Yann
  • Editorial: Dibbuks
  • Encuadernación: Cartoné
  • Páginas: 64 páginas
  • Precio: 15,20 euros en Amazon

‘Astroboy vol.1’, paradigma del universo Tezuka

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Hay un robot con propulsores a chorro que puede volar como un cohete. Que domina 60 idiomas y que puede sentir si una persona es buena o mala. Un robot cuyo oído es mil veces más fino que el humano y cuyos ojos se convierten en potentes focos. ¡Que tiene letales metralletas y 100.000 caballos de potencia!…Su nombre: ¡El poderoso Astroboy!

Contando, como pasaba también con ‘Black Jack’ o ‘La Princesa Caballero’, con una edición previa en tomos formato manga por parte de Glénat, he de confesar que de lo que Planeta Cómic había anunciado en estos nuevos integrales que celebran el 90 aniversario del nacimiento de Osamu Tezuka, este primer volumen de ‘Astroboy’ era el que más ilusión me hacía por una sencilla razón —que en realidad son dos—: iba a ser la primera vez que le hincaría el diente a la legendaria serie protagonizada por el robot en forma de niño y, por extensión, supondría por fin leerme ‘El mejor robot sobre la faz de la Tierra’, la historia que serviría de base a mi admirada ‘Pluto’, el homenaje-revisión que Naoki Urasawa hacía hace unos años de un relato que, él mismo admitía, fue claro responsable de que se dedicara a dibujar manga.

Que uno de mis cuatro mangakas favoritos —los otros tres, ya lo he dicho en más de una ocasión, son Toriyama, Otomo y Taniguchi— depositara parte de la responsabilidad de su “ser dibujante” en la mencionada historia era ya motivo más que suficiente para abordar con cierta expectación un tebeo del que, por referencias, tenía ya ciertas ideas preconcebidas acerca de su talante infantil. Pero cuál no ha sido mi sorpresa, no al poder confirmar dicha personalidad —a fin de cuentas, a Tezuka todavía le quedaba camino que recorrer hasta llegar a su etapa más madura y sesuda— sino al atisbar en las muchas páginas de este grueso volumen ciertos apuntes de marcada personalidad reflexiva que se aleja del tono general de aventuras para pasar el rato y sirven de muy prematuro avance de lo que el Kamisama No Manga llegará a desarrollar años más tarde.

Eso sí, inmersos como están en un entramado lleno de batallas a titánicos golpes con robots de todos los tipos y tamaños y tramas que avanzan echando mano de recursos que se mueven entre lo tramposillo y lo enrevesado, es muy fácil pasar por alto esa cualidad de discreta avanzadilla de lo que Tezuka sería capaz de dar de sí en lo que a guión se refiere, porque desde un punto de vista gráfico, lo que aquí vemos está ya a un nivel asombroso, plagado de recursos narrativos de primer nivel que, como siempre que uno se acerca a cualquier título suyo, desvelan la categórica relevancia y vigencia que la obra del nipón lleva teniendo desde hace décadas.

En lo que respecta a ‘El mejor robot sobre la faz de la Tierra’, resulta curioso comparar las casi doscientas páginas que Tezuka dedica a narrar esta historia en la que una invencible máquina va dando precisa cuenta de los mejores robots del planeta, con los ocho volúmenes en los que Urasawa, con su habitual forma de construir misterios y plantear sus relatos, reinventa la relativa inocencia y sencillez que aquí reside para obtener algo mucho más adulto y complejo. Me quedo, no cabe duda, con la revisión que hace el autor de ’20th Century Boys’, pero valoro, junto al resto de relatos que conforman este primer integral, la incuestionable grandeza de unas páginas por las que el tiempo casi no ha pasado.

Astroboy vol.1

  • Autores: Osamu Tezuka
  • Editorial: Planeta Cómic
  • Encuadernación: Cartoné
  • Páginas: 624 páginas
  • Precio: 23,75 euros en Amazon

‘Biblioteca Osamu Tezuka: Cráter’, el relato corto se hace gigante

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Parece que Planeta Comic no iba de farol cuando se propuso hace ya algún tiempo iniciar la Biblioteca Osamu Tezuka, una línea editorial destinada a recoger todo lo que se pueda (los derechos de algunas obras están en manos de otras editoriales) de la interminable bibliografía firmada por el dios del manga. No crean que mis palabras son exageradas, ni las referidas a la extensión de su obra (más de 700 mangas a lo largo de 150.000 páginas), ni aquellas que definen el estatus que alcanzó con su trabajo (su técnica a la hora de elaborar historias sigue siendo usada por muchos autores actuales que ven en la figura del de Osaka un ejemplo a seguir en todos los sentidos). La última referencia con la que nos vamos a poder deleitar se trata de una compilación de relatos cortos (dieciocho para ser exactos) y que, hasta la aparición de la presente edición, se encontraba inédita en nuestro país. ‘Cráter’ se convierte en un compendio de más de quinientas páginas en las que tiene cabida el drama, el terror, la ciencia ficción o el misterio.

Ya saben, al haber una disparidad de géneros y temáticas tan rica, el gusto por esta obra también será igualmente variable. Eso sí, aunque haya cuentos que prefiramos a otros, la calidad que Tezuka exhibe en cada una de las páginas del volumen está bastante por encima de la que podría ofrecer cualquier otro mangaka. Unas narraciones que vieron la luz a finales de los años sesenta/ principios de los setenta, de tono más bien oscuro y adulto, con desenlaces descaradamente trágicos que, en ocasiones, alardean de un carácter malicioso dejándonos unos instantes pensando si estamos ante el mismo autor que firmó “La Princesa Caballero”. Y sí, tal y como habrá pensado más de un seguidor del señor Osamu, todo esto recuerda a otra colección como es “MW” que, salvando las distancias, expele un aroma muy similar a este “Cráter”. Vamos, que entre tanta fantasía y momentos de susto también vamos a poder removernos por dentro gracias a la crítica social que impregna algunos de estos relatos. ¿Ven? Lo del dios del manga no es nada gratuito.

Una sociedad que aún tenía en el recuerdo las devastadoras consecuencias de la Segunda Guerra Mundial y todo lo relacionado con el poder (destructivo) que escondía la energía atómica. Con el país aún recuperándose económicamente, no van a faltar las protestas en contra de los tratados firmados con Estados Unidos o por la guerra de Vietnam. Difícil labor la de Tezuka que intenta imprimir cierta comicidad entre tanta seriedad y momentos desoladores, es inevitable notar cierto retrogusto pesimista al digerir muchos de estos cuentos. ¡Maldito ser humano! ¿La fórmula utilizada por el maestro? Pues hace uso de un nexo común en forma de personaje recurrente, Okuchin, y a partir de ahí añade invasiones alienígenas, viajes en el tiempo, excursiones al espacio exterior y un largo etcétera para disfrute del lector. Entre los dieciocho cuentos también hay lugar para guiones de corte algo más realista como en “Serpiente Bicéfala” donde nos vamos a encontrar una trama de organizaciones criminales y supremacistas raciales. O “Caza Derribado” en el que un piloto es dado por muerto de manera errónea para fastidio de sus superiores. Todos ellos ilustrados con el particular estilo de Tezuka, un delicioso trazo de línea clara que dibujará personajes fácilmente reconocibles por el aficionado y dejando claro su dominio de la narrativa con el uso de mil y una técnicas del lenguaje gráfico aplicadas al relato corto. Parece fácil pero no lo es, solo los más grandes hacen que parezca sencillo y el padre de Astro Boy lo es, y mucho. Además, las características de este volumen lo convierten en una opción perfecta como obra introductoria al trabajo del autor. Todo son ventajas.

[Grade — 9.00]

Cráter

  • Autores: Osamu Tezuka
  • Editorial: Planeta Comic
  • Encuadernación: Cartoné
  • Páginas: 560 páginas
  • Precio: 30.00 euros

‘Grand Dolls’, visionaria

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Abusado el término por tanto «artistazo» con limitado talento que, por haber dado una campanada, se arropan en seguida del calificativo «visionario» para así adoptar una impostada relevancia que, normalmente, suele terminar cayéndose por su propio y liviano peso, no creo que usar dicho epíteto para referirnos al Kamisama No Manga sea ni atrevido ni muchísimo menos azaroso. A fin de cuentas, la vastísima producción de Osamu Tezuka, su innovadora, atrevida y ecléctica mirada hacia el mundo del arte secuencial nipón y las muchas e incontables obras que produjo a lo largo de su dilatada trayectoria, corroborando una y otra vez que su talento para hilvanar historias era, como poco, preternatural. Algo que resulta obvio si uno se asoma a los títulos más granados de su tebeografía —’Fénix‘, ‘Adolf‘, ‘Astro Boy‘…— pero que deviene en una admiración aún mayor cuando nos topamos con obras inéditas como esta ‘Grand Dolls‘ y hayamos en ella motivos renovados para seguir profesando nuestra confesión hacia un «Dios» que, entre otros muchos milagros, y como muchas otras veces, bajo la máscara de la sencillez, la casualidad y la gracieta simplona, no podía evitar ser un auténtico anticipador de realidades futuras.

A ver, aclaremos, no es que la premisa de partida que aquí nos plantea Tezuka, y que pasa por el hallazgo de unos extraños muñecos que, al ser tocados con una varita especial, toman forma humana y forman parte de un plan de una inteligencia extraterrestre para controlar a nuestro mundo, haya llegado a hacerse realidad. No. No van por ahí los tiros. Hay que bucear bajo la pátina de ciencia-ficción que envuelve a ‘Grand Dolls’ para encontrar, subyacente a ella, una honda reflexión por parte del maestro acerca de mensajes como la indoblegable e indomable condición humana y, en esos términos de anticipación que comentábamos antes, acerca de formas de control que, en cierto sentido, se parecen demasiado a lo que hoy por hoy vivimos de mano de esa forma última de medio de comunicación de masas que son las redes sociales.

Narrado con su habitual y más que característico estilo, ese que llevó a tales cotas de perfección que, por ende, resultaba de todo punto inimitable —y, cuando era imitado, se notaba a la legua—, la afabilidad del trazo de Tezuka, lo «blandito» del diseño de sus personajes y esa personalidad animada que siempre desprendían sus planchas choca aquí, como lo hace en tantos y tantos puntos de su tebeografía, con las anguladas y puntiagudas esquinas del alma humana. Y en ese choque, siempre cargado de una ambivalencia considerable que se movía entre inocencia y conocimiento, es donde ‘Grand Dolls’ consigue, como otras tantas obras del nipón, conquistarnos de principio a fin. Todo un logro que continua hablando, tras tantas miles y miles de páginas, del alcance de un genio inalcanzable, de la maestría de un maestro que todo lo pudo y de lo inmortal de un genio que, aún con obras «menores» como esta, tocaba cotas sólo reservadas a unos pocos elegidos.

Grand Dolls

  • Autores: Osamu Tezuka
  • Editorial: Planeta Cómic
  • Encuadernación: Cartoné
  • Páginas: 240 páginas
  • Precio:15,95 euros
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